01 enero 2022

manos abiertas

Sí, lo sé. Llevaba mucho tiempo sin escribirte.

No hay excusas. Tan sólo la realidad de que a veces las palabras no son necesarias. Y en vez de escribirlas se van transformando en poros de la piel. De que a veces hablan mejor el silencio de las huellas y los caminos. 

Quizá lo que me haya hecho sentarme hoy, haya sido el silencio de la niebla densa de esta mañana de año nuevo. O el encuentro con la fragilidad de aquella mujer en la estación que intentaba escapar de la telaraña tan bien tejida a su alrededor, que teñía de morado sus brazos. O las preguntas del que iba transitando la carretera en abrigo y camisón de hospital, buscando lugares inexistentes en una mente rota. O quizá haya sido el dolor del que termina el año con la noticia de alguien cercano que ha decidido acabar con su camino de vida y el de su hija, generando olas de dolor alrededor, imposibles de entender y asimilar.

Es posible que haya querido contarte todo ese ruido para poder mecerlo, y juntarlo con la respiración tranquila del gato dormido junto al radiador, algunas canciones de Leiva, y la confianza de que poco a poco los dos, vamos aprendiendo a tener las manos abiertas frente al otro.

Quizás con este gesto se acallan las palabras. Pero es el único que puede salvarnos cada día

23 septiembre 2020

circulo eterno

Entre las cenizas viven las brasas

Hay hilos ligeros que unen cielo y tierra,
que aunan lo que ya no está pero sigue siendo,
que hacen morir un poco menos,
no has terminado de irte.
Mecha de luces que son susurros de resurrección.



Hay fueguitos que brotan,
en una combustión espontánea que borra sombras y demonios que pesan,
y por contagio, encienden otros fueguitos perdidos.
Vida que se encarna en los matices
y no el blanco y negro eterno

Vida y muerte se unen en la (tu) resurrección.




09 febrero 2020

Noe

Es extraño.
El silencio de la casa lo enmarca algún tic-tac y las huellas de los gatos.
Todo lo que se respira tiene esa cadencia lenta de las cosas que están suspendidas en algún lugar.
El tempo del tiempo hace mucho que se desliza distinto.
Camino entre las cosas, intentando habitar lo que ahora queda.

Y entonces, vuelve a llegar ella.
Como un tiovivo, todo comienza, vueltas de colores y sonidos y vida derramada. Inunda todo, se extiende en todo, y el tiempo decide girar entre su pelo rojo.
Y permanezco en ese remolino vivo que forma, degustando los minutos que ella germina, pulso de impulso, latido de tierra y luna llena.

Después, vuelve a marcharse.
Y por un instante, todo queda suspendido en el aire, entre el anhelo y la evidencia de este otro pulso, otro latir profundo, viejo y entretejido de paz.
Y poco a poco, las sillas, la cama desecha, los calcetines, los platos del desayuno, vuelven a encontrar su lugar en lo cotidiano. Quietos, reposados.
Respirando sin saberlo, los previos al momento en el que sus llaves en la puerta, hagan vibrar  de nuevo el tempo.

26 mayo 2018

caricias de saxofón



Busco esas manos
que pidieron dormir junto a mi en aquel largo viaje, donde respiré de puntillas para no despertarlas.

Me hicieron soñar con caricias de tango y susurros porteños,
y abrazos tan íntimos que combatían miedos y pérdidas añejas.
Sus dedos, aún entre brumas, tocaban melodías de ternura, dulce de leche y alfajor.
Y me hicieron creer que tenía todo el poder del mundo para custodiar el descanso de aquello tan frágil y valioso que guardaban en sus palmas.

Sí las veis por ahí, decidles que mis dedos aún las buscan, en la bóveda de un café oscuro, cada noche de Gardel y saxofón.



26 abril 2018

la gravedad de ser


Un niño pequeño sentado frente a mi en el autobús. Unos cuatro años. 
Está sentado con las piernas recogidas encima del asiento. Mira por la ventanilla.
Camisa de cuadros azules. Jersey de cuello pico. Pantalón azul marino. 
Ropa de hombre. Rostro serio de hombre. 

Me mira. Le miro. Y esbozo una sonrisa suave. 
Mantiene el pulso visual sin que su rostro se inmute. 
Serio, durante un minuto eterno.
Tan sólo el sonido de una ambulancia que pasa, consigue atrapar su atención y sus ojos.

Me sobrecoge su gravedad, por el tamaño diminuto de la mirada.
Pero a diferencia de otras seriedades oscuras y adultas, esta es limpia, despojada de aristas y abismos.
Es la mirada de quien no necesita responder a extraños, ni arreglar mundos.
Es la seriedad de quien se enfrenta al presente,
sin desesperos, porque su vida es leve, sin pesos que la dobleguen.
Sin esperanza, porque no necesita esperar nada. 
Tan sólo, revelar la vida.




14 febrero 2018

copos y cafés

El tiempo pasa sin saberte
y sin embargo sigues siendo cimiento de mis poros y pasos.

Son días de café frente a dolores habitando otros cuerpos y almas.
Nos viven dentro monstruos,
y a veces, nos atrevemos a cincelarlos
y los volvemos transparentes para que nos den la mano.
Otras veces nos viven heridas,
y precisamos bisturí para que no cierren en falso 
y supuren nuestras sombras, nuestras cobardías y enganches.

A base de golpes y fuego, soledades y tiempo, de atreverse a mirar demonios y aullidos, de dejar que el silencio meza las palabras y los cabellos, nacen las mejores obras.
Leo a María Toscano, y habla de la piedrecita blanca que cada uno tiene con su nombre grabado desde la eternidad. Y de renunciar al propio nombre para llegar al nombre verdadero. 

Copos de nieve
igual de frágiles
igual de diversos
igual de efímeros
somos.

Respiro profundo y agradezco poder contemplar, 
posarse o caer, 
con tanta belleza vulnerable, que duele la vida transparente que contienen.

Y no puedo dejar de preguntarme, en estos mismos días, quién se parará y respirará tu belleza profunda y helada.






13 diciembre 2017


(Official trailer THE ART OF FLYING by Jan van IJken from Jan van IJken on Vimeo.)


Volar así
Bailando sin pisar,
respirando a la par,
proyectando sin hacer sombra,
planeando sueños sin necesidad de hacer caer.

Volar así.
Con la fuerza de miles, concentrada en un pulso único.


01 noviembre 2017

ser


Ese anhelo de sembrar algo que pudiera   trascender   llegar   alcanzar
más allá de este tiempo

Permanencia
dejar un pequeño eco que resonará en algún interior,
en un pequeño cielo tras algún cristal,
en la respiración lectora de alguien desconocido

la noche es real
y mi propia huella en el sofá
el olor de la vela al apagarla,
el vecino subiendo la escalera,
el silencio del teléfono
y la melodía callada de lo no pronunciado


Todo tiene su tiempo bajo el sol,
veloz, voraz o tan imperceptible que parece muerto
Aprender a escucharlo nos devuelve nuestro propio sonido,
nuestra esencia

estar
aquí y ahora
silenciar                                            SER
abrir
escuchar y confiar







26 abril 2017

tu espera

Sé que me esperas.
Oigo tu llamar suave en mi ventana.

Pasan los días y yo con ellos, anhelando esa poesía que no llega.
Busco los sonidos que en otros tiempos te alimentaban, me alimentaban, y no están.
Y lo cierto es que no merecemos palabras vanas ni huecas. Eso no.

La poesía se transformó en prosa, y a ésta parece que se la va llevando algún peso, no sé si ajeno o propio, que no termino de reconocer.
Y sigo sintiendo un latido fuerte dentro. Pero no consigue nacer con la palabra. 
Quizá es que lo que necesita contarse ya no tenga tanta intensidad. Quizá con los días, lo que parece importante se vaya diluyendo, para concentrarse en abrazar con fuerza al ser humano, a la vida, a lo real. 
Quizá es que las certezas son cada vez menos, pero más poderosas. Las suficientes como para construir una pequeña isla interior donde mirar horizontes y aguantar los envites de las olas.

O quizá es esa sensación de distancia, de no pertenecer a esos mundos que predominan y lastran y difuminan, lo que me hace arrojarme a mares de soledades y silencios, bendecidos y bienamados porque traen de la mano la esencia de lo imprescindible.

No lo sé.
Pero no soy capaz de abrir la ventana y dejar que las palabras te lleguen, me lleguen.
Sólo puedo entreabrirla y confiar en que sepas que estoy ahí. Y que sientas mi respiración tras los cristales, y mi mirada puesta en lo que lo late con fuerza.




08 enero 2017

entre (ti) nieblas






Tejiendo nudos
que deshacen las palabras.
Sé que las esperas, las añoras, las buscas...

pero tan sólo alguna imagen brota,
ahogada entre la gente comprimida de los autobuses, las compras compulsivas, luces brillantes y caras, buenas voluntades y los "que todos tus deseos se cumplan" (¿realmente quieres que se cumplan todos, hasta los más oscuros?), belenes no entendidos, comidas, comidas, cenas, sonrisas postizas y el rebrotar de aquellos problemas que tanto ha costado enterrar a lo largo de todo el año. Locuras disfrazadas de luces de navidad, soledades profundas que no se acompañan con cenas en familia, forzado, forzar, obligar, obligaciones...


hago el esfuerzo de buscar la esencia, y esas gotas de inocencia que aún quedan.

Seguir aprendiendo a moverse entre nieblas,
aunque a veces ellas también ahoguen las palabras.
Pero entre sus grietas, acaba pasando la luz. Acaba saliendo el sol.

















12 julio 2016

Háblame.
De los demonios que habitan tu hombro,
de la piel de la mujer que durmió entre tus brazos,
de la desconfianza que te deja desnudo y desvanecido,
de ese mundo oscuro que se enfrenta en ti.

Háblame.
Del amor que te aporta un suspiro para sostenerte,
de tus castillos en el aire, de tus imposibles,
de todos los rotos que tu corazón dibujan,
de la sombra y luz de esas ganas de morir.

Háblame.
Porque si no lo haces no entenderé tu lucha,
ni tu rendición, ni tu suicidio, ni tus noches en vela,
ni la locura que dices que no anida en ti.

Háblame.
Porque un día escuché tu corazón bramando
envuelto en gritos sordos,
y no fui capaz de dejar de hablarte para entenderme a mí. 



01 junio 2016

con mis ojos


Siete de la mañana
Subo al bus y tomo asiento, camino del trabajo.
Junto a mí, descubro un papel doblado. Me puede la curiosidad y lo abro.
Sonrío, ante la letra redonda y grande, los dibujos y los corazones, que hablan de la juventud del autor de esa apasionada carta de amor escrita a lápiz..

Y  me doy cuenta de que a pesar de no conocernos, compartimos algo que él ha escrito. Un deseo común.

"Ojala pudieras verte con mis ojos, para que te dieras cuenta de lo especial que eres"





08 mayo 2016


"La alegría y el dolor son por igual preciosos dones que hay que saborear íntegramente, uno y otro, cada cual en su pureza, sin tratar de mezclarlos. Mediante la alegría la belleza del mundo penetra en nuestra alma. Mediante el dolor en nuestro cuerpo."
 (SIMONE WEIL)








20 abril 2016

lo que no sabes


Hace mucho que no me siento a hablar contigo.
Y si lo hago hoy es, seguramente, por miedo a cerrar los ojos y que vengan los sueños.
Prefiero quedarme aquí a oscuras, remendando rotos invisibles preñados de ese silencio que voy amando a sorbos, y que todo acaricia y conforta.
Aunque todo esto, tú no lo sabes.

Ahí afuera, la batalla continua. Luz y oscuridad se entrelazan en un pulso que arrastra a tantos invisibles y desahuciados (carne de cañón, dirán algunos), mientras yo emito mi gemido cobarde y sordo tras el cristal.
Y sigo cosiendo,  intentando unir el pulso de tus ojos, para que no termine de romperse. Para que siga latiendo, aunque sea de forma tan suave e imperceptible, como ese pequeño latido en la comisura de mi mano. O como el latir lento del neón del club de la acera de enfrente, alumbrando esas caderas en la acera, que fuman esperando a que llegue el alba.

Apenas puedo respirarte ya. 
Y me sumerjo en otros mundos, buscando consuelos imposibles, para ver si consigo dibujar lo que no he podido definir en este paréntesis de vida. Este paréntesis brutal y hermoso, lleno del dolor hondo de la impotencia y de la vida encarnada de los que nada tienen.
Este paréntesis que ha conseguido crujir cada una de mis vertebras. Que se ha ido infiltrando en mi esencia, para ver si soy capaz de renacer.
Y todo esto va sucediendo, aunque tu no lo sepas .

De nuevo solo el silencio conforta mis manos, en las que pueden leerse cada día, cada alma cercana, cada dolor respirado...
Y sigo anhelando ese rincón cálido del mundo donde podía descansar al escuchar un latido que no me pertenecía. 
Y sigo buscando esa esperanza pequeña que se empeña en jugar al escondite y sumergirse como una niña, en una batalla de hombres salvajes.
Y sigo adivinando lo que me da forma para poder agarrarme a ello y no dejar que las aguas me arrastren contra las rocas.

Todo esto va pasando oculto en lo cotidiano...aunque tu no puedas saberlo ya.






08 abril 2016



                                            Comenzar a amar a alguien, es la conjugación futura de una pérdida.

                   Y tan sólo el atrevernos a hacerlo es lo que nos vuelve...

                                                barro,
                     veta,

                              humanos.








11 marzo 2016


No saber cuales son las suturas que nos sostienen





Y necesitar el tacto de la cicatriz para tener conciencia de la herida


22 enero 2016

bocetos de vuelos



Construimos un nido pequeño
               Para qué más.

Sólo necesitábamos respirar el aliento mutuo,
abrir los ojos y acariciar una sonrisa,
alimentarnos de paz, silencio, ternura...
                                          tejidos con el esfuerzo y la conciencia de la necesidad viva.




Y cada día,
      desde ese infinito lugar,
extender ambos las alas a nuestros horizontes:
                                                             camino de las nubes,
                                                             senderos de oscura tierra.



                     Bocetos de vuelos
                     Equilibrios eternos de lo que nos sostiene y nos detiene





29 noviembre 2015

Azul oscuro


Explorar el límite de la nausea



Intentar habitar la calidez de un refugio y  hallar los grises de un paisaje desdibujado por el movimiento














Todo tiende a ser azul oscuro casi negro




Lo que se quiebra

Descubrir que las grandes sombras pueden retroceder ante la fuerza de una minúscula luz





Seguir creyendo.

30 septiembre 2015

el canto del cisne


Lo frágil
una pequeña fisura
los cristales que parecen protegernos se resquebrajan


"Amen, amen, amen", dice la canción.
Y no reconoce la dificultad de expresar ese " QUE ASÍ SEA"


¿Que es lo mejor y lo peor?


Anhelar la niebla
porque obliga a buscar a los árboles del bosque.
Aunque no los veas




Buscar una posición para acomodarse y esperar. 
Con mucho mimo y cuidado. 
Con lentitud. 
Con total atención. 
                      Para desde allí contemplar el canto del cisne.



06 septiembre 2015

huele a café

Lo cotidiano de cada hogar. Las camas, barrer, fregar...
Todo igual. Todo distinto.
Huele a café.
Por la ventana se escucha la musiquilla de arranque de un ordenador. Y una silla acercándose a una mesa.
También una emisora en árabe y las voces de unos niños jugando.
Respiro profundo y agradezco el canto de ese pájaro escondido que me eleva.

Me ha extrañado no ver hoy al muchacho africano que duerme cada día en su banco, envuelto en una manta de leopardo. Sin embargo, los cristales empañados de aquel coche, son testigos del respirar de un hombre que lleva semanas durmiendo en él. Su hogar.

Las cosas importantes suelen llegar en momentos anodinos, de forma discreta, sin darse importancia. Como la niebla que comienza a deslizarse por las raíces del bosque, acariciándolo, apenas dejándose notar. Hasta que llega a cubrirlo entero.

Aquello que produce el cambio. De toda la vida. De solo un fragmento.


Una libélula roja hace equilibrios sobre la antena de un automóvil. Perdida. Sin encontrar el agua que la sostiene.
Me he sentido vestida de ese mismo rojo. Haciendo los mismos equilibrios y buscando aquello que me sostiene a mí.


25 agosto 2015

Contar el dolor



El dolor de mi amigo inunda lo cotidiano, estalla en sus silencios. Tiene eco en las palabras huidas de su madre y en la impotencia.

El dolor de él, se entierra en algún pasado apenas intuido.
Se reviste de rabia, de control, de suficiencia y de tantas necesidades no expresadas, que le ahoga.                                 Me ahoga.
      Ahoga

Y el de ella, se agita en cada una de sus risas rotas. También en sus despedidas. Y en su disfraz.


Mi dolor juega al escondite. Y se asoma a mis ojos, a mirar si lo descubres.

Y el tuyo te ha tallado. De la cabeza a los pies.
Con un cincel grueso de carpintero ha dejado sus trazos en tu rostro, 
       en tu espalda,
                 en tus pasos
             y en un futuro incierto que se te asoma lleno de aristas.


Y así, poco a poco, línea a línea, en círculos concéntricos desiguales y definidos, vamos repujando nuestra propia huella digital de dolor. 
                                                          Personal e intransferible.




03 agosto 2015

28 junio 2015

noches de Africa



La ventana del antiguo hospital para tuberculosos me muestra cada tarde cielos que se tiñen de rosas, malvas y azules. Isak Dinesen me ayuda a pintarlos de África.

Mis noches se cubren de rostros igual que la noche africana se llena de estrellas y de movimientos furtivos, y de la intuición de pequeños ojos, huellas de  moradores invisibles.
Sólo que allí existe un equilibrio tácito entre vida y muerte. Y aquí las fieras son quizá más descarnadas. 

Sus víctimas más jóvenes y hermosas se van a casa con heridas invisibles de muerte y sin probabilidades de sobrevivir en esta realidad salvaje, mientras las presas mas fáciles, las más desgastadas, llenas de surcos y huellas y arrugas  siguen arrastrándose por esta estepa aséptica, de árboles metálicos y ríos entubados.

Y pienso si también en África querrán creer en los milagros.





26 abril 2015

Soledad arrastrada

Hoy tiene un día de esos en los que le apetece contar. Le brotan pequeñas historias de las que parecen no tener importancia y que sin embargo van conformando lo más importante de cada uno.


Carmina.    El día que se enteró que tenía un cancer terminal, comenzó a enseñar a su marido a cocinar, a planchar, a limpiar...Todo lo cotidiano lo puso en sus manos para que él pudiera afrontar la vida desde una independencia personal. Con el dolor al lado, pero con recursos para poder seguir caminando.

Clemencia.    La abandonaron al nacer. No disfrutó de una vida fácil. Tuvo un hijo. Ya anciana tuvieron que acogerla en una residencia debido a su falta de recursos. Vivió hasta los 100 años. En todos los días pasados en aquel lugar de ternura y final, ni uno solo de ellos vino a visitarla ese hijo. Y sin embargo, su foto la acompañaba cada día desde la mesilla. Y ella alimentada del orgullo por aquel que surgió de su vientre, seguía viviendo en la esperanza de ese momento en que entrara por la puerta con la intención de verla.
El misterio del abandono, al principio y al final de una vida.

Carmen.    Nos la encontramos en la calle y comentan ellas dos, algo relativo a una pérdida. Al seguir caminando me cuenta, que hace dos meses encontró a su hijo de 49 años ahorcado en su trastero. Esto el mismo día en que los medios de comunicación se hacen eco de la noticia del suicidio de dos jóvenes adolescentes que se arrojaron desde la terraza de un museo.


Soledades arrastradas envueltas en el misterio del corazón humano.


Y mientras la observo a ella.
Va sacando con paciencia, una a una, todas las fotos de las páginas de los álbumes y las va metiendo en una caja. Instantes sepia, blancos, negros y de vivos colores, boceto y collage de 90 años de vida.

Esta es su manera de ordenar pasado y presente.
La mezcla de todos esos personajes fijos en el papel, le ayudan a combatir su propia soledad y su proceso de despedida



25 marzo 2015





                                                 Dejadme crecer en mi vida pequeña
          Rodeada de esos hilos de oro de los ocultos

                             Ensanchando el espacio de mi tienda a medidas que no son ni vuestras ni mías


No juzguéis los tiempos porque no se construyen de días sino de la materia que da vida a la vida
                   Y entended que cada uno, que cada cosa, que cada espacio se va erigiendo a base de capas. Y es necesario aprender a desnudarlas para escuchar el sonido de la fuente que nos da forma



Y si así lo deseáis, sentaos conmigo a escuchad mi silencio. 
                                                  Ese que brota potente como el grito de los árboles cada primavera,
                            sumiso como el eco, 
                                               transparente como tu mirada





26 febrero 2015

atreverse a permanecer



Ya no sirven las definiciones de antes.
Ni siquiera las palabras.
Nada encaja donde los demás quieren hacerlo encajar. Ellos dicen conocer el lugar de las piezas del puzzle, cuando ni siquiera se definen sus formas.

¿Donde está aquello que en las huellas y en las raíces parecía tener tanta rotundidad?
Se diluyen las letras, lo que siempre estuvo, lo que siempre fue, para dejar paso a algo mordiente, a algo que se teme y no se quiere mirar porque es diferente. 
Algo que forma parte de la esencia más profunda, la no aprendida. La que brota de los silencios.

¿Que nos hace permanecer juntos?
Soledades,
definiciones obsoletas sobre palabras desgastadas de tanto usarlas,
algo genético relacionado con la necesidad de tatuarnos en el tiempo,
el poder de la oscuridad y el miedo
o la fuerza brutal de la rutina y la cotidianidad.
O quizá...algo que brota de fuentes secretas, tan profundas que tan sólo con esfuerzo se pueden escuchar.



La brisa que se intuye al ir subiendo esta montaña, habla de lo inevitable. De aferrarse al tronco de los árboles porque tan sólo ellos y su esencia permanecen.
Todo lo demás forma parte del perfume que acaricia nuestros pasos.
Así de efímero
Así de real.








05 febrero 2015

entre días e hilvanes

Contemplo mi mano, mis dedos. Observo el hilo que sostengo y todo lo que voy hilvanando. Incluso aquello que no tengo conciencia de haberlo tejido yo , y que sin embargo parece tomar forma de ese todo con vida propia. 
Y entre todo ello se desliza...



lo que sucede cuando alguien mantiene un roce sostenido a lo largo de nuestra frontera del miedo
esa sensación de un dedo frío deslizándose por lo que nos enraíza y sostiene

lo necesario para poder rellenar los huecos entre palabras, con aquellos a quien apreciamos en profundidad

el vórtice de una espiral de soledades escribiéndose despacio entre generaciones

la piel convertida en pergamino escrito y secreto

y mezcladas con el tejido, siguen llegando a través de las rejas, flores de papel. Aviones surcando cielos fronterizos, cargados de lo vivido y de lo que nunca sucedió. Cargados de sueños de la razón y la emoción.



A veces existen silencios tan pesados, que duelen en lugares insospechados.
Espero que el tuyo no sea uno de esos.
Porque mis dedos se resienten al tejer. Les falta el peso del hilo que solían formar tus palabras.







14 diciembre 2014

02 diciembre 2014




Se detuvo el tiempo. Y en su danza de silencio y niebla, comenzó a tatuarse el dibujo del instante 


Lo único importante era tu mano abriéndose camino entre la selva de mi pelo. Con la suavidad de un machetazo. Dejando esa misma huella en lo frondoso. Permitiéndome respirar al ritmo de tus dedos, en milímetros pautados y pausados


Todo dejo de tener importancia 
la impotencia 
aquella despedida sin sentido que se llevo mi voz 
querer hacer y no poder 
el cansancio 
lo infinito 
lo que pesa y lo que sé vuelve ligero 
el querer que comprendas y comprender que no quieres 
las letras de al otro lado del muro 


Todo. 
Hasta la realidad presente de la muerte de mi padre, dejo de tener importancia en ese instante profundo 


Tan solo importaban tus dedos. Y mi capacidad para recorrer con ellos la distancia infinita hasta mi esencia oculta, hasta ese lugar donde las mariposas pueden dejar de ser livianas.





29 octubre 2014

quince rosas





entre paisajes inocuos, anodinos
se esconden a veces versos terribles 
y corazones tan desgarrados que es difícil poder darles puntadas para que se mantengan unidos al tejido que les sostiene

y cristales tan transparentes que acaban volviéndose opacos

y secretos tan oscuros, ocultos bajo una masa de árboles inocentes, 
que nadie quiere mirar, nadie quiere atreverse a franquear la barrera

porque tan sólo el mirar ya duele,
y el dolor resquebraja los muros que tanto nos ha costado construir y nos deja desnudos frente a la luz

y esa luz a veces es molesta,
porque hace rechinar los engranajes bien engrasados, como una piedrecita que decide pasear por lugares no correctos



Pero en alguna ocasión,
en un instante eterno y apenas perceptible,
un ave cruza ese cielo tapado,
y con ella se elevan 
miradas, almas, libertades totalmente erosionadas,
reconfortadas por la caricia efímera
de atraverse a ser presencia.

Y quizá, el sueño de ese vuelo
se quede tatuado en algún muro.
En alguna piel



(Dedicado a mis quince rosas. 
Vuestro perfume siempre impregnará mis días
Gracias)