Perderse en ellos. En esa extraña marea de deseo, ternura y violencia contenida, de silencios y de instantes detenidos en el tiempo, de caricias apenas susurradas a la piel.
Perderse.
O quizás, detenerse allí, por un tiempo infinito, dejando que todo aquello fuera diluyendo las miles de capas adheridas a su piel, desde antaño, desde tiempos remotos, desde antes de ser capaz de ver la luz.
Crear una piel nueva a partir de cada centimetro que él recorriera con esos ojos. Una piel con capacidad para respirar por sí misma.
Todo esto solo era una minúscula parte de la promesa que traía la noche reflejada en sus ojos..."
¿Te gusta? Lo leí hace un tiempo, no recuerdo el autor.
Pero poder llegar a recoger todo eso, en los ojos de alguien que te mira, me parece un lujo que no a todos les es concedido.
¿Y tú, querido amigo? No lo hemos llegado a comentar nunca. ¿Has llegado a sentir tu piel, erizada así, por una mirada? ¿Has sido de esos afortunados que se pierden?