14 diciembre 2014

02 diciembre 2014




Se detuvo el tiempo. Y en su danza de silencio y niebla, comenzó a tatuarse el dibujo del instante 


Lo único importante era tu mano abriéndose camino entre la selva de mi pelo. Con la suavidad de un machetazo. Dejando esa misma huella en lo frondoso. Permitiéndome respirar al ritmo de tus dedos, en milímetros pautados y pausados


Todo dejo de tener importancia 
la impotencia 
aquella despedida sin sentido que se llevo mi voz 
querer hacer y no poder 
el cansancio 
lo infinito 
lo que pesa y lo que sé vuelve ligero 
el querer que comprendas y comprender que no quieres 
las letras de al otro lado del muro 


Todo. 
Hasta la realidad presente de la muerte de mi padre, dejo de tener importancia en ese instante profundo 


Tan solo importaban tus dedos. Y mi capacidad para recorrer con ellos la distancia infinita hasta mi esencia oculta, hasta ese lugar donde las mariposas pueden dejar de ser livianas.