31 agosto 2012

la confianza vive en el camino de vuelta

Hoy salí de casa temprano, para ir andando a hacer unas compras.
Hace aire del norte, asi que, la mañana estaba fresca, y daba gusto caminar.
Pasé por mi libreria preferida, esa de la que te he hablado alguna vez, que es como un mundo mágico con un "anciano" sabio que casi sabe lo que quieres, antes de que te haya dado tiempo a desearlo.
Fui también a intentar comprar mermeladas de sabores especiales...pero no las encontré.
Y una colcha, por si acaso siento frio, en las tardes de otoño que se aproximan.

En el autobus de vuelta a casa, iban dos padres con sus respectivos hijos en los carros.
Con uno ya había coincidido en la parada.
Su hija, aun no tendría los tres años, estaba poniendo a prueba la paciencia del padre, tirando una y otro vez lo que llevaba en la mano al suelo, y gritando a todo pulmón, para que la bajase del carro.
El padre, pacientemente, le explicaba que el bus iba a llegar enseguida,  la distraía con preguntas e historias, y con esos pequeños trucos que todo padre conoce, y que, aunque sea por pocos segundos, siempre consiguen un poco de silencio, y la atención del pequeño de turno.
El otro padre, estaba ya en el autobus cuando hemos subido.
Llevaba a un pequeño en carro, y a otra niña de unos 3 o 4 años, que no quería estar en el carro con su hermano, y tampoco quería sentarte. Lloraba y gritaba en el bus, y su padre, se las apañaba para mantener el equilibrio, intentar callarla, y conseguir que no se pusiera a llorar el más pequeño.

Desde mi asiento los observaba a los dos, y pensaba en la capacidad de cariño, de entrega, de paciencia que posee el ser humano.
Y en lo que supone esa tarea de educar, de enseñar a cada uno como buscar su propio camino.
En muchas ocasiones, se contempla con infinito cariño a aquellos que estan en el camino del aprendizaje ( y en este camino estamos todos, o yo, en eso confio).
Se les ve tropezar y volver a levantarse.
Se les ve mudar de piel y transformarse.
Se les tiende una mano, se les ofrece un consejo, se les ayuda a buscar las indicaciones correctas para el camino.
Y comienzan a andar.

En otras, se guarda silencio, y desde la distancia, se contempla sus pasos, y se confia.

Confianza.
Una palabra preciosa. Y dificil de vivir.

Aprender a confiar en el otro.
Y entender, que vayan sus pasos donde vayan, si lo has hecho bien, siempre sabrá que hay un camino de vuelta.
Puede que exista dolor, incomprensión, distancias...

Pero ante eso siempre quedará...la confianza.
Y la espera.

Esperar que la semilla plantada germine.
Y que ese cariño, esa entrega y esa paciencia, acaben dando fruto.







30 agosto 2012

libros que llaman

Me he comprado un libro de Haikus, una antología de poemas japoneses.
Era la tercera vez que me "llamaba" desde estanterias de diversas librerias, y hoy ya no he podido decirle que no. Y se ha venido conmigo a casa.

Me apetecía compartir contigo uno.

Y ha brotado del propio libro, éste.



                 Inspiran nubes,
                          los pinos de las cumbres,
                      y espiran nubes.
                                       (anónimo)




29 agosto 2012

saberse perdido

¿Sabes que agradezco hoy enormemente?
Mis balizas luminosas.

Esas señales que me hacen situarme (o situar al mundo).
Que me hacen encontrarme (o encontrar un trozo de mundo).

Que dan testimonio de la existencia de algo más allá de mí.

Que son la prueba de una realidad (no siempre palpable).

Me ayudan a ver.
Me ayudan a seguir, cuando me siento perdida.
O aunque me siga sientiendo perdida.


Hoy, Hugo Mújica, poeta argentino, ha puesto en mi horizonte, una de sus pequeñas señales (para mi, luminosa).



OSADÍA
 
Ver no es abrir los ojos,
                     es arrojar a un lado el bastón blanco:
                                   osar andar‭
                  sobre el saberse perdido.
                        

acallar y escuchar




 
 
 
 






28 agosto 2012

hay en nosotros

Seis de la mañana.
Otro asiento de autobus.
Otro recorrido.
Otro viaje.

Hay poca luz en el autobus.
Y muy pocos los que nos aventuramos a viajar en horas tan tempranas.

Me acomodo en mi asiento, disfrutando de no tener que compartir con nadie al lado, ni el espacio, ni el tiempo, ni la charla.

Se sienta delante de mí, una mujer musulmana.
Me fijo en la tela de su pañuelo, en su estampado colorido y alegre. Un toque de color, en medio de esa oscuridad que aún no se pelea con los primeros rayos de sol.

Veo como se coloca bien la ropa y se cubre por completo los pocos mechones de pelo que escapan de ese arco iris que la viste.
Mira hacia un lado.
Coloca su cuerpo mirando hacia allí. Y comienza sus oraciones.

Su perfil queda justo entre el hueco de los dos asientos, y no puedo evitar mirarla.
Junta las manos y se inclina. La veo mover sus labios en una cadencia de palabras, indescifrables para mí. Sus ojos permanecen cerrados, y su expresión indica que su mente está en otro lugar muy diferente a éste.

Me siento como una intrusa, con esa sensación interna de estar en un lugar o un momento, que no me corresponde, que no es mio.

Pero no puedo marcharme.
Y no tiene sentido que me ponga en otro lugar.

Asi que, opto por hacer, lo único que creo que es oportuno.

Orar con ella.

27 agosto 2012

orar con ella

Seis de la mañana.
Otro asiento de autobus.
Otro recorrido.
Otro viaje.

Hay poca luz en el autobus.
Y muy pocos los que nos aventuramos a viajar en horas tan tempranas.

Me acomodo en mi asiento, disfrutando de no tener que compartir con nadie al lado, ni el espacio, ni el tiempo, ni la charla.

Se sienta delante de mí, una mujer musulmana.
Me fijo en la tela de su pañuelo, en su estampado colorido y alegre. Un toque de color, en medio de esa oscuridad que aún no se pelea con los primeros rayos de sol.

Veo como se coloca bien la ropa y se cubre por completo los pocos mechones de pelo que escapan de ese arco iris que la viste.
Mira hacia un lado.
Coloca su cuerpo mirando hacia allí. Y comienza sus oraciones.

Su perfil queda justo entre el hueco de los dos asientos, y no puedo evitar mirarla.
Junta las manos y se inclina. La veo mover sus labios en una cadencia de palabras, indescifrables para mí. Sus ojos permanecen cerrados, y su expresión indica que su mente está en otro lugar muy diferente a éste.

Me siento como una intrusa, con esa sensación interna de estar en un lugar o un momento, que no me corresponde, que no es mio.

Pero no puedo marcharme.
Y no tiene sentido que me ponga en otro lugar.

Asi que, opto por hacer, lo único que creo que es oportuno.

Orar con ella.

26 agosto 2012

21 agosto 2012

el lenguaje de lo casi invisible

Estoy viendo una película.
La cámara se adentra en un pequeño dormitorio de un monasterio. Una habitación muy pequeña, con lo imprescindible.
Me doy cuenta de que mi mirada, se dirige rápidamente, a los pequeños detalles que pueblan la habitación.
Una imagen en la pared, unas flores en el alfeizar, los libros sobre la mesa...

Los busco porque son algo importante para mí.
Cuando viajo, cuando tengo que pasar unos dias en otro lugar, me gusta tener un lugar que pueda "hacer mio".
Una mesa, una mesita de noche, un rincón en una estantería...
Un espacio donde colocar esos objetos que me acompañan y que tienen la cualidad de transformar un lugar insípido, en un pequeño hogar.
El libro que me esté leyendo, mi cuaderno de notas, la cámara de fotos, la música...pasarán a ser habitantes íntimos.

Miro ahora mismo, la mesa de trabajo de estos dias.
Está repleta de pequeñas cosas.
De todo lo nombrado, y además, de otro pequeño universo de objetos con vida propia, que deciden venirse conmigo, y poblar mis espacios.


"El lenguaje carece de sentido si no hay mentes abiertas y corazones silenciosos" dice Pierre Lacourt.

Y yo hoy me atrevería a añadir, que es importante también, la existencia de miradas atentas.
Miradas que sepan captar, las palabras no dichas, que rompen el silencio a través de esos pequeños, minúsculos detalles.
Casi imperceptibles, invisibles, insignificantes.
Pero que igualmente siguen lanzando su grito silencioso de existencia sutil

mi cita de ayer

Hoy te canto a tí.
Mi cita de ayer.

Llegas tarde. Te has dormido.
Solo tu juventud inexorable te salva.
Ya no espero más de quince minutos. He aprendido a quererme.

Ojitos dormilones.
La fuerza de tus dieciocho.
Caminamos hasta el rio.
No te importa que te vean conmigo. Y a mí tampoco.

Hace calor.
Tu fumas.
Yo te miro y te escucho.
Vas desgranando tus dias, tu vida, tus ilusiones y frustraciones.
Esas pequeñas cosas que te dan forma.
Tu mirada camina por tus recuerdos y tu futuro. Y a veces se ilumina.

Mariposas azules nos rodean.

Un melocotón compartido.
Una foto robada.

Tenemos poco tiempo.
Debemos volver para evitar enfados.

En la esquina de la Iglesia, un cruce de miradas cubierto de cariño compartido.
Y un abrazo.

Te canto ahora, y sonrio.
Desde la confianza que pongo en tí.
En la certeza de que tus errores, tu lucha, tus frustraciones, la ternura que brota de tí, tus ganas de ser tú, tu mirada inocente e inquisitiva, estan tejiendo un camino.

Y que esa senda nos llevará a otra cita.
Una en la que, estaremos sentados frente a frente, en una mesa de un lugar especial, rodeados de pequeñas creaciones tuyas, hechas de exquisita dulzura y sueños.
Y no llegarás tarde.

Espero que hasta que llegue ese dia,
melocotones, mariposas, y rios, sigan compartiendo nuestro caminar.

Y espero también, que tu sigas pensando, que no te importa que nos vean juntos.

16 agosto 2012

De libros, piedras y largos inviernos

Te cuento lo descubierto hoy.

1.Si te abrazas fuerte a un libro, y te duermes, quizás tengas suerte, y como Alicia, consigas pasar al otro lado del espejo.

2.Las piedras son unas buenas narradoras de historias.
No todas, eso es cierto.
Pero si escuchas con atención, podrás encontrarlas y pedirles que te las cuenten.

3. "El baile que no te eches...ya no te lo echarás".
Y el invierno es largo y duro.

Y ya está.

¡Ah sí!
Y que a veces, hasta las golondrinas vuelan solas.

14 agosto 2012

Sucede que me canso

Un murmullo constante de voces fuera.
Las calles llenas.
Agosto y pueblo.
Fiestas.

La alegria supuesta
que el alcohol regala.
Idas y venidas.
"Cumplir con parroquia".
Alargar el reloj.
Música o estruendo.
Fiestas.

Tengo la fortuna de que hoy,
pasea por aqui Neruda,


"...solo quiero un descanso de piedras o de lana...
 Sucede que me canso de mis pies y  mis uñas,
 y mi pelo y mi sombra.
 Sucede que me canso de ser hombre."


Gracias Pablo, por tu compañia callada

12 agosto 2012

modelar con sombras

Ya te conté, que por distintas vias, había llegado hasta mí la recomendación de leer el libro "El elogio de la sombra", de Tanikazi.

Es un libro pequeñito, un ensayo de lectura fácil. Ha ido acompañandome este verano en mis viajes, pero aun no lo he terminado. Me gusta pararme, cada vez que alguna frase me llega de una manera especial. Y así, que vaya calando lento.

"Crear belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes"

Esta frase, este concepto que es la médula del ensayo, la esencia del libro, hizo que volviera a mí, un recuerdo de los tiempos de instituto.
Uno de esos que se quedan impresos.

Estaba en clase de dibujo.  Teníamos que dibujar del natural, una rama de pino.
Acabé, y me sentí muy satisfecha. Lo miraba, y pensaba que me había quedado realmente bien.
Cuando me lo devolvieron, una vez ya corregido, me sorprendió enormemente la nota que me habían puesto. No era, desde luego, lo que yo esperaba. Asi que, me fui a preguntar al profesor, el porqué de esa calificación.
Y su respuesta fué, que el dibujo estaba bien realizado, pero que le faltaba fuerza. No tenía sombras, era plano. No había contraste ni volumen. Le faltaba la parte de oscuridad.
Le faltaba vida.

Creo que todavía lo tengo guardado. De estas cosas que conservas sin saber muy bien porqué.

Y estos dias, al leer el libro de Tanizaki, me he dado cuenta, de que no solo me pasaba esto con los dibujos. En la vida he funcionado de la misma forma.

He procurado no ver las sombras. Siempre he tendido a quedarme con la luz.
Ver una parte y obviar la otra.
Sin ser consciente de que, para que haya luz, tiene que haber oscuridad. Solo pueden ser y existir, la una en la otra.
Que es el conjunto de ambas, lo que conforma la realidad.
Y lo que puede llegar a crear belleza.

"...al contemplar las tinieblas ocultas tras la viga superior, en torno a un jarrón de flores, bajo un anaquel, y aun sabiendo que solo son sombras insignificantes, experimentamos el sentimiento de que el aire en esos lugares encierra una espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente inalterable"

Creo que para aprobar con buena nota la asignatura, voy a tener que aprender a modelar con sombras, aquellas partes ocultas que pueden llegar a susurrar la serenidad anhelada. Y mostrar desde allí, la belleza oculta que a veces la luz, no permite ver.

Aprender a modelarme.
Y a modelarte.

11 agosto 2012

te canto a tí...

Miro la foto de hace tantos años, y me cuesta reconocerme.
No tanto a tí. Tu mirada sigue siendo la misma.
Cuantos cafés compartidos desde entonces. Cuanta vida hemos ido gastando.

Comparo esa foto con las que te hice hace poco, ¿te acuerdas?. En tu casa una mañana, porque había buena luz. Y luego en el bar de abajo, que son las que mejor quedaron.
Te miro y me digo que es cierto. Que la vida te ha tatuado ampliamente.

Desde que te conozco, has luchado duramente. Por conseguir trabajo, por salir adelante, por no recaer, por cuidar las amistades, pero sobretodo, por mantener tu casa.

Cursos y cursillos. Patear, recorrer, mover curriculum...
Pero está dificil. Y esas huellas que la vida te ha dejado, no te ayudan.
Mucho tiempo ya, sobreviviendo con la ayuda que da el gobierno, invertida practicamente toda, en pagar el alquiler. Eso siempre. Por encima de todo.
Y comer...pues en un sitio o en otro, te dan. Las cenas son lo de menos, con un poco de leche, tienes suficiente.
Vas apañandote para tener que fumar.
Y si necesitas algo más...pues supongo que te lo callas, lo consigues como sea, y no me lo cuentas.

Pero vas compartiendo tus temores, el  ver que cada vez, esto se pone cada vez peor.
La ayuda mensual se va a agotar. Dejarán de dartela, eso ya casi se palpa.
¿Y entonces?
"Robar no, ¿para qué si no hay dinero?"
Lo tienes claro.

Y aunque has pisado muchos pasillos carcelarios, aunque te conoce la secreta, aunque ya has cumplido tu condena y sabes lo que pasa entre aquellos muros...por encima de eso, está tu casa.
Y antes que ir a la calle, me cuentas que te pondrás a traficar.
Con tres o cuatro clientes fijos, tienes bastante.
Y me vas contando con calma, el proceso de "ir a pillar", subirla para acá... y todo lo demás.

Te miro desde el otro lado de la mesa, con un café de por medio, y no sé bien que decir.
¿Te suelto, a estas alturas de la vida, una lección de moralina sobre lo inconveniente de traficar con drogas?
Creo que eso sobra.
Para mí, lo dificil es, que después de tantos años de verte luchar, yo tampoco se, que puedes hacer ya.

Asi que, me dedicó sin más, a animarte a seguir buscando curro, a preguntarte si necesitas algo...y a admirar, desde algun punto profundo en mi interior, esa necesidad de proteger y mantener tu casa.
Y también, decido dedicarte este canto, el primero, aún sabiendo, que casi con total seguridad, no lo leeras nunca.
O quizás, precisamente por eso.

09 agosto 2012

fuego y tierra

Mucho calor.
Hoy me toca limpiar un jardín, que no hemos podido cuidar desde el año pasado.
Arrancar malas hierbas.
Quitar todo lo seco.
Cortar las ramas de parra, que han invadido los balcones.

Y a la par... encender fuego.
Y así, ir quemando, las ramas secas del rosal podado, los restos de plantas y flores muertas, todo lo inservible tras un invierno y una primavera sin agua.

Iba a ponerme música.

Pero me he dado cuenta de que el propio sonido del fuego, era la mejor banda sonora que podía escuchar.
El crepitar de las ramas secas.
La limpieza radical y profunda que consigue dejar una tierra preparada para sembrar.

Una pieza musical compuesta de sudor, tierra, fuego, agua...y entonada una y mil veces por el ser humano.

06 agosto 2012

vuelo callado

Viento amigo,
que por un instante eterno
pintaste mi sueño
de pájaro alado.
Creaste mis plumas,
mi vuelo callado,
me alzaste imparable
sin despertar al cielo.

Fui por tí,
pude ser,
aquello que hasta ahora
no me estaba permitido.

Fui más.
Fui la esencia
de ese anhelo profundo
que en mi calma,
estaba retenido








01 agosto 2012

el nacimiento de algo

Quería contarte esta noche, antes de acostarme, que hoy he podido contemplar una pequeña mariposa, diminuta, que posada en la hierba, al lado de mis pies, extendía sus alas al sol para secarlas, y poder así, emprender por primera vez su vuelo.

Puede que parezca algo sin importancia.
Pero creo que todo nacimiento, todo inicio, merece  que haya alguien cerca, que pueda contemplarlo con ternura y emoción, que pueda ser testigo de ese instante fugaz irrepetible.
La importancia de lo compartido.

Y quizás,  poder contar un día. en una reunión nocturna, con una taza de café en la mano, o un buen vaso de whisky, a la luz de la hoguera, que estuvo presente en ese momento único en la historia del universo.
Incluso narrar, como ayudo a que emprendiera vuelo, a que diera sus primeras pasos.
A que llorara o riera, por primera vez.