30 junio 2013

Entre mujeres

Dos cuerpos de mujer en la inmensidad de unas sábanas niveas.
La suave caricia de la brisa de un ventilador sobre los trozos de piel desnuda.
Por la ventana se desliza, intentando introducirse, el sonido de lo cotidiano. Pero en el interior de esa habitación, es el silencio el que juega a disfrazarse con las sombras que danzan en la pared.
Alguien acaricia una guitarra.


Sobre la cama, una pregunta: cual será el temor de un hombre sabio.
Entre las manos de ambas, un planteamiento infinito: conocer a una mujer.
Y en el largo camino entre noche y día, la posibilidad de dibujar respuestas a todas esas palabras que escapan de sus dedos.
La oportunidad de asomarse al abismo q supone conocerse y dejarse conocer.

Atreverse a tender puentes.

27 junio 2013

amar las sombras

Así es.

En ocasiones he actuado como la hiedra, buscando atarme a aquello que deseo que continúe.
Y como ella, trepo, me agarro y a veces... ahogo.
 Al menos ahora cuando me veo echando ese tipo de raíces, respiro y suelto, desde el convencimiento de ir asentando el valor de la existencia en lugar del de la posesión.

Quizá hubo momentos en que pensaba en futuros, y los esperaba. Pero he aprendido a conjugar escucha y decisión. Y si veo el camino, aunque sea entre la niebla, aun sin final ni horizonte, tengo claro que lo emprendo.

Mis duelos no son eternos.
Lloro a escondidas y en la calle. A veces cuando duermo. 
Mis mejillas están esculpidas en parte por ese agua salada que cura heridas.
Y mi voz por tantos nombres gritados.
Y mi alrededor por el eco de las risas resonando en mis montañas.

No oculto lo que siento.
No sé hacerlo. No quiero hacerlo.
Procuro que no haya dobleces en mi esencia.
No quiero jugar a protegerme ante ti.
Aunque a veces me obligas a ello.

Mis impulsos me siguen llevando a dar saltos no calculados.
Pero también me traen sabores nuevos que quiero memorizar.

¿Quieres buscar cosas para mejorar en mí? Las encontrarás siempre.
Pero si te dedicas a esa búsqueda, te perderás lo mejor de mí.

Mi esencia.
Y solo llegarás a ella, pudiendo amar mis sombras.






19 junio 2013

poder amar


Estoy cruzando, por un paso de cebra y de pronto, escucho mi nombre.
Veo una sonrisa inmensa, y me echo a correr, para evitar que el cuerpecillo que lo ha pronunciado, se abalance en la calzada. Tengo el tiempo justo de acogerlo entre mis brazos, mientras cuatro manos más, me abrazan y me rodean.
El amor, brotando de seis pequeños bracitos, que agradecidos se quedan prendidos en mi ropa, y alrededor de mí, mientras me miran desde abajo, con unos ojos oscuros y profundos, con esa mirada limpia que solo los pequeños y sencillos son capaces de producir.
 
Sonrío a la persona que les acompaña, y contesto a sus preguntas, en un intento de poder alargar un poco más ese momento.

Son solo unos segundos. El colegio les espera.
Pero son suficientes como para que su aroma y su tacto se quede grabado.
Y la imagen de sus manitas y sus sonrisas diciéndome adiós.

"Son cinco minutos
la vida es eterna,
en cinco minutos"



Leo una frase que dice: "Ama a la persona que te vio, cuando eras invisible para el resto"

Quizás deberíamos empezar a decir: "Aprende a amar a aquellos que son invisibles".

No porque te amen a ti.
Sino porque necesitan poder amar.

14 junio 2013

beber en fuentes de silencio


Ciertos contenidos frágiles,
(de esos que habitan en lo íntimo y que se esfuerzan en salir al exterior para intentar ser certeros),
cuando los exponemos a los límites de la palabra,
corren el riesgo de quebrarse.


En ocasiones (en muchas)
es imprescindible el esfuerzo estoico de soportar la necesidad de buscar comprensión y entendimiento,
y aprender a beber del manantial que brota de la certeza interior, de la convicción personal.

Atrevernos a hacer ese movimiento, puede ayudarnos a recorrer el camino que nos permite SER.


11 junio 2013

la impronta de muchas huellas

Sí, es verdad.
Mi mirada te confirma que he disfrutado de estos días.

Me ha gustado escuchar el sonido tenue de las barreras que solemos construirnos, cuando se van derrumbando en una conversación cálida y cercana, rodeados del humo de un cigarro y el olor a café.

He podido adquirir una nueva pieza para mi colección de colecciones ajenas. La de alguien que recolecta infinitos.
Y pienso ponerla en la estantería donde residen, la colección de nidos y de sones extraños con capacidad para hacer vibrar hilos invisibles. Y la de silencios en la nieve.

He perdido una apuesta, lo sé. Y una sonrisa brota en mí.
(El perder, a veces, solo a veces, puede ser muy dulce) 

Y también esa conversación sobre el rastro de dolor que a veces dejan las personas. Y del anhelo de muchos, esperando una caricia que no llega nunca.
A partir de ahí, mi mirar hacia atrás, acariciando aunque sea en la lejanía, aquellos dolores que causé.
Huellas que imprimimos en otros, aunque no sea nuestro deseo, y cuyo dolor, si nos dejamos (y estoy convencida de que es bueno que así sea), nos acompañará siempre.
Y desde ese espacio, confiar en el poder del amor de esa mirada, aunque sea lejana, para restaurar espacios y traer alivio a las heridas.




10 junio 2013





El silencio de la montaña
acuna el eco de las voces lejanas.
Sólo la luz camina, en lo profundo del bosque.
Vestida de verde y musgo, regresa.







(Traducción libre y personal, del poema "Coto de ciervos" de Wang Wei (699-761 d. de C.))




04 junio 2013

nidos y cielos


Los nidos se están vaciando.

Escucho la canción de cuna
que entonan las mujeres  desde tiempos ancestrales,
para conseguir acallar al deseo.
Envuelto en sus sones,
el manantial subterráneo, un ser vivo y con fuerza,
sigue su búsqueda.

Un milano juega con el viento encima de mi.
Y el halcón pasa tan cerca, que puedo observar las plumas que faltan en su cola.
Baja a beber, mientras yo contemplo el fluir del agua.
Ambos estamos en la misma orilla y podemos mirarnos un momento.
Y tras reconocernos, seguir camino.

¿Sabes? Creo que es tiempo de dejarse llevar.
Tiempo de sumergirse en la corriente y escuchar.