12 julio 2016

Háblame.
De los demonios que habitan tu hombro,
de la piel de la mujer que durmió entre tus brazos,
de la desconfianza que te deja desnudo y desvanecido,
de ese mundo oscuro que se enfrenta en ti.

Háblame.
Del amor que te aporta un suspiro para sostenerte,
de tus castillos en el aire, de tus imposibles,
de todos los rotos que tu corazón dibujan,
de la sombra y luz de esas ganas de morir.

Háblame.
Porque si no lo haces no entenderé tu lucha,
ni tu rendición, ni tu suicidio, ni tus noches en vela,
ni la locura que dices que no anida en ti.

Háblame.
Porque un día escuché tu corazón bramando
envuelto en gritos sordos,
y no fui capaz de dejar de hablarte para entenderme a mí.