Construimos un nido pequeño
Para qué más.
Sólo necesitábamos respirar el aliento mutuo,
abrir los ojos y acariciar una sonrisa,
alimentarnos de paz, silencio, ternura...
tejidos con el esfuerzo y la conciencia de la necesidad viva.
desde ese infinito lugar,
extender ambos las alas a nuestros horizontes:
camino de las nubes,
senderos de oscura tierra.
Equilibrios eternos de lo que nos sostiene y nos detiene