Quería contarte esta noche, antes de acostarme, que hoy he podido contemplar una pequeña mariposa, diminuta, que posada en la hierba, al lado de mis pies, extendía sus alas al sol para secarlas, y poder así, emprender por primera vez su vuelo.
Puede que parezca algo sin importancia.
Pero creo que todo nacimiento, todo inicio, merece que haya alguien cerca, que pueda contemplarlo con ternura y emoción, que pueda ser testigo de ese instante fugaz irrepetible.
La importancia de lo compartido.
Y quizás, poder contar un día. en una reunión nocturna, con una taza de café en la mano, o un buen vaso de whisky, a la luz de la hoguera, que estuvo presente en ese momento único en la historia del universo.
Incluso narrar, como ayudo a que emprendiera vuelo, a que diera sus primeras pasos.
A que llorara o riera, por primera vez.