María
Compañera de historias,
cómplice de confesiones.
La bella Cenicienta que perdió su zapato.
Es posible que el principe
no aparezca a recogerlo.
Pero no te hace falta.
El hechizo no se romperá con las campanadas
Seguirás siendo
mujer de bandera
Sincera,
aunque duela.
Sensible,
aunque la vida te haya enseñado a disimularlo.
Fuerte,
a base de golpes.
Amante de tu tierra
y de tu gente,
impregnan tu voz,
tus viajes,
tu vida.
Hoy brindo por tí,
y a tí te canto.
Por lo aprendido y compartido.
Por nuestro camino de enseñanzas.