26 octubre 2012

donde estarás


Tan solo se oye,
la respiración profunda de los niños durmiendo.

Perderse en ese suave ritmo.
Una cadencia distinta.

Sus manos se agitan en sueños.
(¿Con que soñaran los niños?)
O quizás sea la vida, pugnando por brotar.

Huele a galleta, a dulce,
a leche y piel.

Una trompeta suave,
entrelazada con el piano,
sostienen mis ojos para que no se cierren.

Abro la ventana.
Y llega el rumor de ese momento previo a la lluvia,
donde el tiempo parece pararse a descansar.

La vida sigue afuera,
pero aqui todo está detenido.

Y no puedo evitar preguntarme,
donde estarás.