Leía hoy al poeta, en su "Destino del canto" y me hacía reflexionar.
Habla de los elegidos por la Tierra, de aquellos escogidos para traducirla en la esperanza, en la pena, en la soledad. De la responsabilidad que tienen, y de lo importante que es llevar adelante esa misión. Pese a sentirse solos, empobrecidos, desconocidos, burlados y negados.
Y me ha hecho plantearme, cual es mi responsabilidad. Si tengo una misión de la cual no termino de ser consciente, y por lo tanto, no podría cumplir con ella.
Un canto a la tierra, como el del poeta, no creo que sea.
No me veo señalada para eso. El tiempo de mis canciones, ya pasó.
Pero quizás, un poema al pueblo, a la gente cotidiana, si pueda entonar.
Cantar a aquellos que pasan, se deslizan, estan o se van marchando de las sendas de mi vida. De mi propia senda.
Cantar a los que van dejando su huella. A veces grande, a veces chica. Pero impresa queda en la tierra igualmente.
Puede que mi voz no se alce lejos, no se proyecte fuera, incluso que no la llegue a oir yo misma.
Pero quizás la Tierra quede satisfecha porque sienta, que aunque sea de manera inestable, estoy usando esa luz, para que el pueblo encuentre belleza en el camino, en la soledad, el miedo, el amor o la muerte.
Asi que, me hago responsable de esto.
Ir entonando cantos aqui, a los que aún estan.
Y se merecen, sin duda alguna, que alguien le ponga voz a su camino callado, que alguien los dibuje con palabras.