13 octubre 2011

Caminar

Me gusta caminar por la mañana temprano.
En esas vespertinas horas, en las que suele suceder el extraño fenómeno, de que, viviendo en una ciudad como ésta, donde solemos ser seres ánonimos, no sé si por efecto del sol recien estrenado, o por el hecho de ir sola, la gente saluda y me dice "buenos dias".
Me sorprende, realmente.
Pero me agrada también