Pero todo lo que esbozo me sabe a dicho ya.
El alma poeta no ha querido, dormir conmigo hoy.
Asi que, inclino mi cabeza ante aquellos que supieron expresar antes que yo, (bien por su paciencia y sabiduria, bien porque supieron ofrecer a la musa aquello que deseaba), y me limito a dejar aqui sus huellas, en vez de las mias.
Estados de ánimo
A veces me siento
como un águila en el aire.
como un águila en el aire.
(De una canción de Pablo Milanés).
Como pobre colina
Y otras como montaña
De cumbres repetidas
Unas veces me siento
Como un acantilado
Y en otras como un cielo
Azul pero lejano
A veces uno es
Manantial entre rocas
Y otras veces un árbol
Con las últimas hojas
Pero hoy me siento apenas
Como laguna insomne
Con un embarcadero
Ya sin embarcaciones
Una laguna verde
Inmóvil y paciente
Conforme con sus algas
Sus musgos y sus peces
Sereno en mi confianza
Confiado en que una tarde
Te acerques y te mires
Te mires al mirarme
(MARIO BENEDETTI)
O mejor quizás, recoger las palabras de mi ancestro, de aquel que cuando habla parece permanente, tallado en piedra y árbol, brotado de la tierra, y poniendo en su voz, todo aquello que los pájaros no pueden cantar.
Confiar en que el canto de las piedras, sepa decir aquello que hoy no consigo expresar.
Y cantaban las
piedras en el río
Y cantaban las piedras en el río
mientras mi corazón buscaba en vano
las palabras exactas en la tarde.
El Cerro Colorado soltó sus aguiluchos
y se quedó en silencio como un nido vacío.
El agua tiene pájaros; yo siento sus gorjeos,
El agua tiene penas, insomnios y delirios.
El agua es la conseja del abuelo
que midió el mundo con su paso firme
hasta encontrar la arena,
y envejecer tranquilo.
Y cantaban las piedras en el río.
En el arpa dorada de la tarde
guardé mi copla de guijarro antiguo.
Vino la noche al fin,
distinta en cada uno, para el caballo,
para el aire, la piedra y el camino.
Yo construyo la noche dentro mío.
Corro de estrella a estrella y las enciendo
Bebo en copa de ocaso los sueños y mi vida.
Mía es la noche azul y su misterio.
Veo como retornan los pájaros al monte.
Yo custodié sus nidos.
Los pastores ya bajan la montaña.
Los pastores construyen en la sierra su silbo.
Ya olvidé la belleza de la tarde.
Triunfó la noche azul sobre mis ojos.
La noche me salió como una estatua.
Para hacer su hermosura me salí de mí mismo.
Yo repartí en pedazos mi noche sobre el mundo.
Y me quedé esperando con la mano tendida.
Contemplando la arena, pura sombra infinita.
Yo, que hice la noche, me quedé sin mi noche.
Me quedé sin mí mismo.
Y el sueño me rondaba sin alcanzarme nunca.
Y cantaban las piedras en el río.
mientras mi corazón buscaba en vano
las palabras exactas en la tarde.
El Cerro Colorado soltó sus aguiluchos
y se quedó en silencio como un nido vacío.
El agua tiene pájaros; yo siento sus gorjeos,
El agua tiene penas, insomnios y delirios.
El agua es la conseja del abuelo
que midió el mundo con su paso firme
hasta encontrar la arena,
y envejecer tranquilo.
Y cantaban las piedras en el río.
En el arpa dorada de la tarde
guardé mi copla de guijarro antiguo.
Vino la noche al fin,
distinta en cada uno, para el caballo,
para el aire, la piedra y el camino.
Yo construyo la noche dentro mío.
Corro de estrella a estrella y las enciendo
Bebo en copa de ocaso los sueños y mi vida.
Mía es la noche azul y su misterio.
Veo como retornan los pájaros al monte.
Yo custodié sus nidos.
Los pastores ya bajan la montaña.
Los pastores construyen en la sierra su silbo.
Ya olvidé la belleza de la tarde.
Triunfó la noche azul sobre mis ojos.
La noche me salió como una estatua.
Para hacer su hermosura me salí de mí mismo.
Yo repartí en pedazos mi noche sobre el mundo.
Y me quedé esperando con la mano tendida.
Contemplando la arena, pura sombra infinita.
Yo, que hice la noche, me quedé sin mi noche.
Me quedé sin mí mismo.
Y el sueño me rondaba sin alcanzarme nunca.
Y cantaban las piedras en el río.
(ATAHUALPA YUPANQUI)