Ya te conté, que por distintas vias, había llegado hasta mí la recomendación de leer el libro "El elogio de la sombra", de Tanikazi.
Es un libro pequeñito, un ensayo de lectura fácil. Ha ido acompañandome este verano en mis viajes, pero aun no lo he terminado. Me gusta pararme, cada vez que alguna frase me llega de una manera especial. Y así, que vaya calando lento.
"Crear belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes"
Esta frase, este concepto que es la médula del ensayo, la esencia del libro, hizo que volviera a mí, un recuerdo de los tiempos de instituto.
Uno de esos que se quedan impresos.
Estaba en clase de dibujo. Teníamos que dibujar del natural, una rama de pino.
Acabé, y me sentí muy satisfecha. Lo miraba, y pensaba que me había quedado realmente bien.
Cuando me lo devolvieron, una vez ya corregido, me sorprendió enormemente la nota que me habían puesto. No era, desde luego, lo que yo esperaba. Asi que, me fui a preguntar al profesor, el porqué de esa calificación.
Y su respuesta fué, que el dibujo estaba bien realizado, pero que le faltaba fuerza. No tenía sombras, era plano. No había contraste ni volumen. Le faltaba la parte de oscuridad.
Le faltaba vida.
Creo que todavía lo tengo guardado. De estas cosas que conservas sin saber muy bien porqué.
Y estos dias, al leer el libro de Tanizaki, me he dado cuenta, de que no solo me pasaba esto con los dibujos. En la vida he funcionado de la misma forma.
He procurado no ver las sombras. Siempre he tendido a quedarme con la luz.
Ver una parte y obviar la otra.
Sin ser consciente de que, para que haya luz, tiene que haber oscuridad. Solo pueden ser y existir, la una en la otra.
Que es el conjunto de ambas, lo que conforma la realidad.
Y lo que puede llegar a crear belleza.
"...al contemplar las tinieblas ocultas tras la viga superior, en torno a un jarrón de flores, bajo un anaquel, y aun sabiendo que solo son sombras insignificantes, experimentamos el sentimiento de que el aire en esos lugares encierra una espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente inalterable"
Creo que para aprobar con buena nota la asignatura, voy a tener que aprender a modelar con sombras, aquellas partes ocultas que pueden llegar a susurrar la serenidad anhelada. Y mostrar desde allí, la belleza oculta que a veces la luz, no permite ver.
Aprender a modelarme.
Y a modelarte.