(Conversación telefónica)
-Me gusta hablar contigo.
-Y a mí.
-...
-...
-¿Puedes quedarte conmigo?
-Claro.
-¿Me cuentas un cuento?
-Sí.
Erase una vez...
Hubo una vez, que creí, haber dicho esto mismo. Las mismas palabras.
En otro tiempo.
En otro lugar.
O quizás más bien,
solo fue el deseo,
de poder llegar a expresarlas.