tener el corazón a la espera
Si tienes la fortuna
de perderte en la mirada de un niño hoy,
podrás quizás llevarte adherida a los zapatos,
parte de la ilusión que sus ojos derraman.
Solo es necesario que aquel día
en que dejaste su mundo,
para pasar al tuyo,
tuvieras la precaución de dejar una rendija abierta.
Y con la confianza
de ese niño que aun habita en ti,
podrás acoger
aquello que no escribiste.
Sabrás tener el corazón a la espera
de lo imprevisible.