24 febrero 2013

confianza y fe


Me gustan las posibilidades de los encuentros nuevos.
Y los movimientos inesperados de la marea que generan.
Algo fuerte y poderoso, porque nace del reflejo de la ilusión en unos ojos, en una voz.
Esa ilusión germina, y trae confluencias, palabras, gestos, posibilidades, fantasía, realidades, sueños y deseos.

Y trae también, el calor y la calma de un abrazo.

Movimientos de búsqueda germinados en los corazones que no se conforman, y van en pos de aquello que les alimenta.

Desde la confianza más pura.
Aquella que se asienta en la fe.

No necesita ver. Tan sólo creer.