30 junio 2013

Entre mujeres

Dos cuerpos de mujer en la inmensidad de unas sábanas niveas.
La suave caricia de la brisa de un ventilador sobre los trozos de piel desnuda.
Por la ventana se desliza, intentando introducirse, el sonido de lo cotidiano. Pero en el interior de esa habitación, es el silencio el que juega a disfrazarse con las sombras que danzan en la pared.
Alguien acaricia una guitarra.


Sobre la cama, una pregunta: cual será el temor de un hombre sabio.
Entre las manos de ambas, un planteamiento infinito: conocer a una mujer.
Y en el largo camino entre noche y día, la posibilidad de dibujar respuestas a todas esas palabras que escapan de sus dedos.
La oportunidad de asomarse al abismo q supone conocerse y dejarse conocer.

Atreverse a tender puentes.