24 marzo 2014

algunas búsquedas


La cara pegada al cristal de la puerta del vagón, mirando en la dirección en la que avanzaba el tren.  Todo su cuerpo tensionado, como queriendo empujar para conseguir que avanzara más rápido.
Mira el reloj continuamente.
En su mano un papel arrugado que aprieta con fuerza. Casi tan arrugado como su gabardina clara.

Sus ojos jóvenes van de las manecillas del reloj, a algún lugar más allá de las vías. No mira nada más. No ve a nadie más.

Me pongo en pie. La próxima estación es mi parada e intuyo por su agitación, que también la suya.
Llegamos al andén. Y antes de que consiga descender, veo pasar su figura borrosa y blanca, saltando hacía algún destino que sigo pretendiendo adivinar. 

Le sigo con la mirada los escasos segundos que me lo permite su carrera, y viene a mi cabeza la imagen del conejo blanco de Alicia...y también algo de lo que había en el fondo de las miradas de los protagonistas de "Lost in traslation".

Cierro los ojos y le deseo en silencio, suerte en su búsqueda.