26 mayo 2018

caricias de saxofón



Busco esas manos
que pidieron dormir junto a mi en aquel largo viaje, donde respiré de puntillas para no despertarlas.

Me hicieron soñar con caricias de tango y susurros porteños,
y abrazos tan íntimos que combatían miedos y pérdidas añejas.
Sus dedos, aún entre brumas, tocaban melodías de ternura, dulce de leche y alfajor.
Y me hicieron creer que tenía todo el poder del mundo para custodiar el descanso de aquello tan frágil y valioso que guardaban en sus palmas.

Sí las veis por ahí, decidles que mis dedos aún las buscan, en la bóveda de un café oscuro, cada noche de Gardel y saxofón.